De peras y olmos…

“Vas a ver, ya va a pasar y todo va a estar bien otra vez.”
¿Cuántas veces escuchaste esta frase o una similar? ¿Cuántas veces la dijiste vos mismo? Y sí, convengamos que los seres humanos caemos generalmente en lugares comunes y este es uno de ellos.

Y la verdad es que ni vos, ni yo ni nadie sabe a ciencia cierta si pasará. Pero nos remitimos a la experiencia que dice que, generalmente, la mayoría de las cosas pasan y ZAS!, mandamos nuestra frase. Que, por supuesto, no tiene nada de malo y que incluso a mucha gente le ha servido escucharla. Así es que este no es un artículo en contra de las frases hechas en general ni contra esta en particular. Para nada. Más bien la idea es poder re-pensar algunas cuestiones. Nos dicen por todos lados que nada es imposible (o impossible is nothing según donde estés viviendo) y también nos insisten con el just do it. La realidad es que desde el marketing nos bombardean constantemente con mensajes que tocan justo las cuerdas que más suenan en nosotros.

Y claro, esos ataques no caen en cualquier lado; no es que justo encontraron una frase que resuena. Para nada! Sabemos, aunque nos solemos olvidar, que todo eso ha tenido mucha investigación, muchísimo trabajo detrás. Mucho estudio sobre el ser humano, sus motivaciones, sus anhelos y, por qué no decirlo, sobre cómo manipularlo mejor. Entiendo que el uso de la palabra manipulación en este ámbito puede molestar pero, francamente, me parece que es el que mejor lo describe.

Personalmente no tengo nada contra la publicidad aunque toda esta introducción haga parecer lo contrario. Para nada, es una industria respetable como cualquier otra, donde hay muchísimo talento y creatividad. El problema, para mí, reside en otro lado. Está ahí donde se va formando un discurso de época en el cual el “nada es imposible” está por todos lados (más allá de la marca que lo use).

Y no, lamento profundamente ser la que trae la noticia pero hay cosas, por suerte, que jamás podremos. Por suerte porque al definir lo “no posible” también estoy enmarcando todo lo que si lo es. Si quiero medir 2,5 mts no lo voy a lograr. Podré pararme sobre zancos, por supuesto, pero eso no es realmente medirlos. Si quiero estudiar medicina y graduarme en tres meses, tampoco. Y… el olmo no dará peras. Ni hoy, ni nunca (bueno, depende lo que haga Monsanto pero ese ya sería  otro tema).

Que el olmo no da peras no es un tema menor, sobre todo en la historia de los hombres y mujeres que nos emperramos en pedírselas; sufrimos porque no nos las da, nos preguntamos si es por algo que hicimos nosotros o cómo este árbol puede ser tan horriblemente malo y egoísta. Si es que se ensañó sólo con nosotros (y a los demás sí les da… viste cómo es?). En fin, pensamos de todo antes que aceptar que no, que el olmo no da peras y que así es. Y ojo que acá aceptar no es resignarse, sino procesar. Procesar que aquello que quería es imposible. Y que no necesariamente tiene que ver conmigo. Que quizás tiene que ver con las ideas que me hice (o se me hicieron, vaya uno a saber) de la vida, los perales y los olmos.

Y acá lo que quería decir: que no conseguir que el olmo me de peras seguramente me produzca un dolor importante y que algo tendré que hacer con ese dolor una vez que lo reconozca.

Y sí, seguramente ese dolor después se pase, pero ¿sabes qué? Mejor que se pase porque ya se procesó a que se pase porque me olvidé y la próxima vez que vea un olmo otra vez le esté pidiendo peras (o lo prenda fuego del odio que me quedó de aquella vez que no me las quiso dar…). Porque es cierto que las cosas pasan pero no es lo mismo que pasen a que sean procesarlas. Por eso, una vez más (como en muchos otros artículos) insisto en la importancia de procesar los duelos. Sí, ya sé, por ahí duele un poquito más ahora, y seguramente sea un poco más incómodo que mirar para otro lado y esperar que pase. Pero créeme, a largo plazo tiene muchísimas ventajas.

PSSST!: si te gustó este artículo dejame que te recomiende leer este y este otro. Y si tenés ganas de saber más sobre lo que es esperable que te suceda al expatriarte así como también ideas de como manejarlo, te cuento que hay un Curso con toda esa info: lo encontrás acá.

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